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jueves, 3 de septiembre de 2015

Aunque la manteca de yak se usa para mantener blandos y suaves los útiles de cuero, la caja de cuero donde se conserva permanece dura como una piedra.
           (Enseñanza tibetana)

Codorníu está mirando hacia la curva por donde deslumbran, al girar, las luces de otros egos que comienzan su búsqueda al amanecer. 

Sentado en el escritorio que hay junto a la mejor de las ventanas de la casa, sigue el compás de la música con un suave balanceo de cabeza. Por el aire suena, anudando corbatas de nostalgia, una “Mariposita de primavera” versionada por Omara Portuondo. Las ojeras de este personaje que fui yo se reflejan en la pared de un vaso humeante de té verde. El aroma mezcla nubes invisibles con las huellas de todos los reveses cosechados, más unos cuantos de propina que no se merecía. Y no me refiero al tiempo pasado que es ayer por el reloj, sino al tiempo que es ayer por el recuerdo.

Entre nosotros baila, interponiéndose, la mirada biselada de su memoria. En una ocasión, nuestras consciencias se mezclaron como las aguas de dos caños; pero para Codorníu fue imposible recordar por dónde se habían quedado las promesas cuando nos separamos. Quizá estuviésemos hablando de hombros que nunca dejarían de estar, de manos que nunca se cansarían de volar juntas; de apeaderos comunes, soñados con la inocencia de no pensar en nada... 

Me reconozco a mí misma a través de su atención perseverante. Aunque si pudiera emocionarme lloraría ante la inutilidad de sus esfuerzos por alcanzarme. Y es que sigue interpretándolo todo en términos de un yo permanente y separado, y no se trata de eso realmente. 

La búsqueda es la trampa. Codorníu ha de hacer el vacío, desechar los conceptos, tener la convicción absoluta de que es la misma consciencia la que asume innumerables formas. ¡Si supiera cuánto deseo que llegue el instante en que se olvide de sí mismo! 

2 comentarios :

  1. Olvidarse de uno mismo... si fuera fácil... Un texto repleto de imágenes, de corbatas de recuerdos que se balancean al son de la música. Impresionante, como siempre.

    Un beso desde mi orilla.

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  2. Cuánta inocencia me transmite este texto, increíble... será la mirada de Codorníu.

    Beso

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